«CACHADA», UNA PELÍCULA DE MARLÉN VIÑAYO, EN MADRID Y BARCELONA

Marlén Viñayo, con la colaboración de Fundación CINDE, nos trae a España la película «Cachada». Habrá dos únicas presentaciones:
MADRID:
Día: miércoles 11 de marzo
Hora: 20:00
Sala: Cineteca
BARCELONA:
Día: martes 3 de marzo
Hora: 19:30
Sala: Cinemes Girona
A continuación de la proyección habrá un coloquio con la directora. ¡No te la pierdas!
“Cachada” es una película documental salvadoreña de 81 minutos de duración dirigida por Marlén Viñayo. Fue estrenada en 2019 en el SXSW Film Festival, donde ganó el Premio de Público de la categoría Global. También fue galardonada con el Premio Latitud del Festival DocsBarcelona a la mejor película iberoamericana, el Premio CIMA a la mejor cineasta del Ourense Film Festival y el Premio de Público del Festival Cinema Ciudad de México y ha sido seleccionada en más de 20 festivales de cine alrededor del mundo. Actualmente continúa su gira de festivales y estará en salas de cine en El Salvador a partir del 6 de febrero de 2020.
SINOPSIS
Cinco mujeres salvadoreñas, vendedoras ambulantes y madres solteras, forman una compañía de teatro y aceptan el reto de hacer una obra en la que llevarán sus propias historias de vida al escenario. Lo que comenzó siendo un experimento se convirtió en su única oportunidad de trasformar sus vidas, pero ¿serán capaces de enfrentar su pasado y superar su miedos, traumas y secretos?
Filmado durante más de año y medio, este documental observacional es testigo del proceso de creación de su obra de teatro, en el que ellas se descubrirán como víctimas y victimarias y se darán cuenta de que han educado a sus hijos sin superar el dolor del pasado. El ciclo de violencia es perverso, pero la fuerza del teatro es más poderosa.
MOTIVACIÓN DE LA DIRECTORA
Conocí a las protagonistas del documental en 2010, cuando viaje de España a El Salvador para hacer mi tesis de fin de carrera: un cortometraje documental para la Asociación CINDE, una ONG local enfocada en el cuidado de los hijos de mujeres vendedoras del mercado. Magaly, Magda, Ruth, Chileno y Wendy eran algunas de esas mujeres. Era la primera vez que visitaba Centroamérica y me encontré con una realidad que era totalmente ajena para mí. En aquel entonces yo tenía 23 años y me chocó mucho conocer a mujeres que, con edades similares, tenían vidas completamente diferentes a la mía. Todas tenían varios hijos y eran madres solteras, eran mujeres tímidas que apenas levantaban la mirada, con una autoestima por los suelos y con un solo pensamiento en la cabeza: sacar a sus hijos adelante.
Tres años después me fui a vivir a El Salvador y me reencontré con ellas, pero esta vez estaban encima de un escenario. Aquellas mujeres tímidas e inseguras que había conocido ahora habían formado una pequeña compañía de teatro, llamada “La Cachada Teatro” y presentaban su primera pieza, un pequeño experimento teatral en la que ponían en escena sus propias vivencias en los mercados y en sus hogares. Ahora eran unas mujeres absolutamente diferentes a las que yo había conocido y no cabía en mi asombro. ¿Qué había pasado?, ¿cómo había sido posible ese cambio tan radical? Esa sorpresa fue el motivo inicial por el que me interesé en contar su historia.
En aquel momento, la compañía iba a embarcarse en el proceso de creación de la que sería su primera obra de teatro profesional, en el que contarían sus experiencias como madres, y les pregunté si me dejarían asistir a los ensayos y grabarlos con el objetivo de hacer un documental sobre ellas. En un inicio, mi idea era hacer un documental que mostrara la increíble gesta de estas vendedoras del mercado que ahora intentaban convertirse en actrices de teatro, pero tras los primeros meses grabando los ensayos la idea del documental evolucionó, tomó otro rumbo. Ensayo tras ensayo fui descubriendo que todas ellas tenían historias de vida increíblemente aterradoras, marcadas por la pobreza, el maltrato infantil, los embarazos adolescentes, la violencia de género y el abuso sexual, entre otras cosas, y me di cuenta de que enfrente de mis ojos estaba ocurriendo una transformación esencial en ellas. Me convertí en testigo de un experimento a través del cual el teatro estaba permitiendo que estas mujeres descubrieran su voz, se entendieran a sí mismas y fueran conscientes de los efectos que sus realidades violentas habían provocado en ellas y en sus hijos, y cómo esto les había permitido luchar y romper esa perversa herencia generacional.
El proceso que atravesaron las protagonistas de mi película no sólo las transformó a ellas, también me transformó a mí de forma profunda y esencial. Me convertí en una mujer diferente a la chica que llegó a El Salvador con una cámara y una intuición. Fue un viaje a un mundo cuyos terrores desconocía y que me abrió las puertas a una realidad que había sido muy lejana para mí. Podría decir, sin duda, que conocer a estas increíbles mujeres, entender sus realidades, vivir con ellas este proceso y finalmente hacer esta película, fue lo que me convirtió en cineasta, consciente del privilegio, de la responsabilidad y de la urgencia de contar el mundo que me rodea.
Fdo: Marlén Viñayo

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