UN DESAFÍO PARA NUESTROS JÓVENES BECADOS

Una de las medidas tomadas por las autoridades gubernamentales de El Salvador ante la situación generada por la pandemia ha sido el cierre obligatorio de todos los centros escolares y universitarios, tanto públicos como privados, de todo el país y la continuidad del curso escolar de forma no presencial a través de clases y recursos en línea sin plazo definido.  Sin embargo, la falta de acceso a internet domiciliar y de recursos económicos de muchas familias ha dejado, prácticamente, fuera del sistema educativo a miles de niños y jóvenes.  Nuestros jóvenes becados han sabido ingeniárselas para hacer frente a este desafío y seguir sus estudios.  A continuación, les compartimos los mensajes que nos han hecho llegar estos jóvenes luchadores a través de la coordinadora del programa de Becas de Estudio, quien está muy orgullosa de todos ellos por cómo están saliendo adelante a pesar de las dificultades. Para todos ellos, nuestra admiración por su esfuerzo y lucha.  No dejaremos de apoyarles.

“Mi experiencia durante esta  pandemia en la universidad ha sido de constante adaptación y aprendizaje debido a la nueva modalidad virtual que se utiliza para impartir y recibir las clases. Algunas dificultades que he experimentado tienen que ver con el servicio de internet. Al no contar con un servicio en el domicilio nos ha tocado gastar en paquetes de internet prepago para poder recibir nuestras clases. También, otra área que hemos desarrollado a causa de este confinamiento es la creatividad y el ser ingenioso a la hora de cumplir con las diferentes tareas y actividades prácticas relacionadas con cada una de las asignaturas. Esto ha puesto a prueba nuestra paciencia, tolerancia y capacidad de trabajo e ingenio, tanto a nivel intelectual, económico como psicológico. Todo esto con un solo fin: seguir adelante con nuestra carrera universitaria y poder graduarnos para obtener un buen empleo en el futuro.”

“Al principio, el confinamiento para mí fue un total cambio porque tuvimos que pasar de clases presenciales a virtuales, ya que prácticamente todo lo comenzamos a hacer en línea.  Por un momento me llegué a sentir frustrada porque extrañaba mis clases presenciales y porque a veces tenía muchos problemas de conexión a internet, lo que hacía que a veces no entendiera el contenido de las clases. No obstante, eso fue mejorando y comencé a ver el lado positivo a esto.  Fui dedicando más tiempo para reinventarme, tanto en el ámbito personal como académico. Y es allí donde comprendí que si nosotros tenemos una actitud positiva ante un momento crítico, probablemente, no se resuelvan todos los problemas, pero sí hace que resolver cualquier problema sea una experiencia mucho más agradable y de mucho aprendizaje.”

“Con esta pandemia, para poder continuar con mis estudio lo más complicado ha sido mantener el acceso de internet ya que por la zona donde vivo no hay muchos lugares para hacer una recarga y me tocaba caminar hasta el centro de Mejicanos para lograrlo. La situación económica de mi familia se ha visto afectada, como la de todos, pero hemos tratado de salir adelanta y superar la situación.”

“Mi experiencia en este tiempo de pandemia en la universidad ha sido totalmente distinta ya que ha cambiado radicalmente la metodología que comúnmente se ha estado utilizando. Trabajar en línea ha sido un cambio radical ya que en mi caso no contaba con servicio de internet en mi hogar y para recibir las clases tenía que estar comprando paquetes de internet por lo que me vi en la obligación de adquirir un contrato para que instalaran internet en mi casa y así poder estar más cómodamente recibiendo mis clases sin ninguna dificultad. Otra de mis dificultades es el no poder realizar mis prácticas profesionales ya que no podemos salir a campo y, en lo personal, pienso que estas prácticas es donde adquirimos todos los conocimientos que nos van a servir cuando culmine la formación académica. Creo que esos dos aspectos son las dificultades más grandes que he enfrentado, pero lo importante es que estos pequeños obstáculos no ha sido un impedimento para continuar con mis estudios.”

“Este año 2020 he enfrentado muchas dificultades en mis estudios por la pandemia y la cuarentena estricta implementada por el Gobierno. Principalmente, el tener que depender solamente de internet en mi teléfono celular para seguir las clases, ya que en mi lugar de residencia no se posee un sistema de cableado que permita la contratación de internet residencial. Tener que contratar planes de internet limitado para recibir las clases me ha ocasionado un gasto mayor. Además, la señal no es estable ni buena para recibir las clases en línea lo que provoca que no entienda muy bien las clases porque los videos de pausan muchas veces. Para las clases prácticas el principal problema es conseguir los materiales a utilizar ya que los establecimientos que los distribuyen estaban cerrados, por lo que tuve que improvisar con materiales caseros, como fue el caso en la asignatura de escultura en la que tuve que utilizar barro que estraje de un terreno baldío. Esta pandemia también afectó a los docentes ya que no estaban preparados para dar las clases en línea y tuvieron que adaptarse, pero algunos demoraron incluso meses sin comunicarnos nada. Otra dificultad es que nos tenemos que complementar y reforzar lo aprendido en clase con fuentes externas como videos tutoriales, los cuales suponen un mayor gasto de datos para navegar por internet. Pero he sabido sobrellevar estas dificultades y mantener la esperanza en que esto mejore y se pueda seguir con los propósitos que tengo a futuro.” (Joven estudiante de Bellas Artes).

“Una nueva forma de vida y de aprender nos trajo consigo la COVID-19. Estábamos tan acostumbrados a las rutinas diarias, que estar en casa nos incomodaba, y se viene una educación detrás de un aparato tecnológico. Todo implicaba un desafío, una nueva manera de hacer las cosas y por qué no sacarle provecho. La universidad en línea me ha ayudado a desarrollar un aprendizaje autónomo, es decir, antes pensábamos que los docentes debían satisfacer nuestro paladar educativo. No ha sido nada fácil, se han presentado dificultades como la economía familiar, el desánimo no se hizo extrañar y las clases resultaban algunas veces largas y tediosas. En el momento que tengamos que retornar nuestra vida normal, la universidad se encontrará con una alumna más autónoma. El conocimiento por más que te lo muestren y quieran transmitirlo, no se adquiere hasta que no lo descubres por ti mismo.” (Joven estudiante de periodismo).

“Bueno, mi experiencia en la universidad en esta pandemia ha sido difícil debido a mi situación personal. Me ha resultado complicado pasar de las aulas a estar en casa todo el día ya que he tenido que ayudar a mi hermana con sus tareas y colaborar con las cosas del hogar, lo cual me ha hecho sentir más presión en casa, llegando a desarrollar problemas de estrés que afectan mi salud. Sin embargo, gracias a Dios, he tenido buenas calificaciones a pesar de todo. Mis deseos de superación son grandes, hay que buscar maneras de reinventar una experiencia de aprendizaje y de reforzar esa actitud de positivismo. He tenido también otras dificultades ya que no cuento con internet residencial y he tenido que ya que comprar tarjetas prepago de 4 dólares cada semana o a veces incluso más caras. También tuve que comprar un nuevo celular con un coste de 50 dólares. La señal es el problema principal que me limita a poder realizar mis actividades de estudio, aunque poseo una computadora de escritorio me toca usar mi celular. He tenido que enfrentar estrés, problemas emocionales y frustración que han afectado a mi salud mas no a mi rendimiento académico. Sigo luchando para lograr salir adelante. Está pandemia me ha enseñado que debo ser fuerte y siempre ver el lado bueno a las dificultades. CINDE ha sido un gran apoyo para mí y estoy muy agradecida por su ayuda aún en tiempos difíciles”.

 

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